15.05.2015
El jefe de la banda portaba en su teléfono móvil fotografías de las menores desnudas y las mostraba a los clientes para que eligieran. Después, los miembros de la red recogían a la joven seleccionada en su domicilio y la llevaban hasta el lugar donde eran explotadas.
Después acordaba con ellos el precio por el servicio, que oscilaba entre los 30 y 40 euros, y uno de los miembros organización recogía a la menor para llevarla a la finca. Una vez cesaban las demandas de los clientes, las víctimas eran conducidas de vuelta sin que sus padres tuvieran conocimiento de la explotación sexual.
La investigación comenzó hace tres meses, cuando se supo que en una casa, en un paraje de Vélez Málaga alejado del casco urbano y propiedad del cabecilla de la banda, se podría estar explotando sexualmente a menores de edad.
Los investigadores también identificaron al resto de miembros de la organización, parte de ellos dedicados a labores de vigilancia para evitar alertar de la presencia policial, y el resto a trasladar a las jóvenes desde su lugar de residencia hasta la vivienda donde realizaban los servicios sexuales.
Cuando los agentes accedieron al interior de la vivienda, encontraron a una menor escondida debajo de la cama y comprobaron las pésimas condiciones higiénicas del inmueble. Paralelamente al registro de la vivienda se detuvo a once personas implicadas en los hechos, de edades entre los 35 y los 75 años de edad.
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